lunes, 16 de abril de 2012

De repente..

Tomó mi rostro entre sus manos y me besó.

No estaba preparada en absoluto, pensaría que después de todas las horas que había pasado con él sabría todo lo que había que saber sobre sus labios.
Pero no me había imaginado qué cálidos se sentirían presionados contra los míos.
O cómo esas manos, que podrían preparar la más intrincada de las trampas,
podían atraparme con la misma facilidad. Creo que hice algun sonido en la parte baja de mi garganta,
y recuerdo vagamente mis dedos, cerrados con fuerza, posados contra su pecho.
Entonces me soltó y dijo, "Tenía que hacerlo, por lo menos una vez." Y se fue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario